lunes, 14 de mayo de 2007

Arreglo de parras

Una vez que se han podado las parras, si están bien y son fuertes, se pondrán a brotar como unas desesperadas. Para que el crecimiento sea controlado, hay que elegir los mejores brotes quitando los que estén demasiado cerca, eligiendo mantener los más fuertes. Además de cada brote (una vez que ya es una rama) brotan a su vez en el nacimiento de la hoja nuevos brotes que serán nuevas ramas. Estos brotecitos hay que eliminarlos como norma porque si la parra es para sombra no es necesario más que la hoja grande para que de sombra y si la parra es para vino, eso no es un racimo y consume los recursos de la parra.

Este año hemos seguido el siguiente criterio para nuestra parra de sombra: mantenemos ramas a unos 40-50 cm unas de otras, quitamos los brotes que parten de la base de una hoja y quitamos todos los racimos. Lo de quitar los racimos era basado en dos ideas: las uvas atraerán avispas y además la energía que la parra emplee en criar uvas no la empleará en criar hojas. Después de hacerlo quizá no ha sido la mejor idea. El año que viene tendremos que ser más generosos y quitar menos, pero de todas maneras este año veremos la sombra que conseguimos.

Para las parras de uvas el criterio ha sido: si la parra no tiene racimos (quizá nos pasamos con la poda), dejamos las ramas más fuertes para que prospere. Si tiene racimos, dejamos las ramas con racimos y si tiene demasiados racimos, quitamos las que tengan menos, pero con mucho miedo.

Uno tiene que podar la parra del vecino y el vecino la de uno.

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